Durante años, el régimen iraní ha construido la tecnología y la infraestructura necesarias para controlar, censurar y cortar el acceso a internet a más de 80 millones de iraníes. En 2019, el país interrumpió el acceso a la red mientras la policía trataba de silenciar a los manifestantes; en 2022, se cortaron las conexiones de WhatsApp e Instagram tras las protestas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial. Cada cierre priva a la población de información y conlleva enormes costos económicos. Ahora que el conflicto entre Israel e Irán se acerca al final de su primera semana, las conexiones a internet dentro de Irán se han restringido nuevamente, limitando el acceso a la información e impidiendo a las personas comunicarse con seres queridos que podrían estar en peligro.
Horas después de que la Fuerza Aérea de Israel bombardeara objetivos en Irán el 13 de junio, intensificando el conflicto en la sombra entre ambos países, surgieron los primeros informes de interrupciones autoimpuestas del acceso a internet en territorio iraní. El Ministerio de Comunicaciones, según la agencia de noticias semioficial Tasnim, declaró que se habían impuesto "restricciones temporales" debido a las "condiciones especiales" que enfrentaba el país. Desde entonces, Israel e Irán han intercambiado disparos, elevando progresivamente la tensión del conflicto. El expresidente Donald Trump ha indicado, aunque no confirmado, que Estados Unidos podría apoyar nuevos esfuerzos israelíes para destruir las instalaciones nucleares iraníes.
El apagón que costó la conectividad de un país
La conectividad a internet en Irán experimentó una caída del 54% el 13 de junio, según Doug Madory, director de análisis de internet de la firma de monitoreo Kentik. Días después, el 17 de junio, se produjo una caída adicional del 49% del ya reducido nivel de conectividad. Luego de un breve restablecimiento al inicio de la semana, las conexiones volvieron a caer otro 90% el miércoles, afirma Madory. "Numerosos proveedores de servicios iraníes están ahora fuera de línea, en el segundo apagón nacional de internet en tantos días", publicó Madory en BlueSky. Múltiples compañías de internet en Irán se han visto afectadas por las restricciones, incluidos los proveedores de telefonía móvil.
"Desde ayer, todo ha ido en picada. Por segundo día consecutivo han cortado la conectividad internacional, y esta vez es aún más grave que ayer, afectando también a todos los sitios de noticias nacionales", describe un investigador de la iniciativa Project Ainita, que pidió no ser identificado por razones de seguridad. Otras iniciativas de vigilancia de internet, como Cloudflare Radar y NetBlocks, también han observado múltiples cortes en los últimos días, y NetBlocks calificó el más reciente de apagón "casi total". La agencia de noticias iraní Khabar publicó en su canal de Telegram que el acceso internacional había sido "restringido temporalmente para evitar el abuso del enemigo", citando al Ministerio de Comunicaciones.
Al parecer, Irán también ha pedido a funcionarios que dejen de utilizar dispositivos conectados a internet y ha afirmado que los ciudadanos deben eliminar WhatsApp, que ya ha introducido anteriormente formas de eludir la censura. Funcionarios del gobierno han declarado que los cierres buscan prevenir posibles ciberataques. Sin embargo, las medidas generalizadas de control y restricción de la conectividad han dejado a la población iraní con dificultades para comunicarse y acceder a información vital sobre el estado del conflicto. Los cierres se producen en un momento en el que Trump ha dicho que los casi 10 millones de personas que viven en Teherán deberían "evacuar inmediatamente" la zona.
"Esta amplia censura e interrupción de internet sirven principalmente al objetivo del régimen de mantener el control, especialmente sobre la información", expresa Mahsa Alimardani, analista de derechos digitales de origen iraní y directora asociada de tecnología, amenazas y oportunidades de la organización internacional de derechos humanos sin fines de lucro Witness. "Estos bloqueos de internet están poniendo en peligro la seguridad de las personas, principalmente en Teherán".
Alimardani señala que, al parecer, los servicios de datos móviles son irregulares, y para muchas personas han dejado de funcionar las redes privadas virtuales (VPN), utilizadas para evitar la censura. Esto ha dificultado tanto el acceso a los ciudadanos como la salida de información: "Algunas familias que han salido hoy de Teherán estaban desconectadas de internet y solo encontraron algo de conectividad cuando se encontraban a 200 kilómetros de la capital, en otra provincia. Mis conexiones son sobre todo con personas que usan Wi-Fi de banda ancha en casa, pero incluso eso ha sido inestable".
El año pasado se produjeron 296 cortes
En la última década, los países han tomado cada vez más la medida draconiana de cortar total o parcialmente la conectividad a internet durante crisis percibidas. En 2023 se registraron 296 cortes, según Access Now, una organización sin fines de lucro dedicada a los derechos digitales, el mayor número hasta la fecha. Los cortes suelen estar relacionados con gobiernos represivos que intentan restringir protestas, limitar la capacidad de las personas para reunirse y comunicarse libremente durante conflictos, o incluso evitar que se copie en los exámenes.
"Internet es un salvavidas; lo hemos visto en muchos lugares en conflicto", subraya Hanna Kreitem, directora de tecnología y desarrollo en la Internet Society, quien ha seguido de cerca los apagones en Irán. Kreitem afirma que, cuando la conectividad empezó a fallar el 13 de junio, recibió noticias de personas con familiares en Irán que reportaban una ralentización significativa del servicio. "La gente bajo fuego lo utiliza para recibir noticias, pedir ayuda, conocer zonas más seguras y comunicarse con sus seres queridos. Y también para que quienes están fuera sepan lo que está ocurriendo y cómo están sus familiares".
Para limitar la conectividad, los países emplean múltiples enfoques técnicos. Irán lleva años desarrollando su propia alternativa a internet: un sistema de intranet llamado Red Nacional de Información (NIN, por sus siglas en inglés). La NIN, según el análisis de la organización Freedom House, permite al gobierno censurar contenidos y empujar a la población hacia aplicaciones nacionales, que suelen tener "características débiles de privacidad y seguridad". Freedom House califica a Irán como "no libre" en su índice de libertad en internet, destacando cierres persistentes, aumento de costos y esfuerzos por obligar a la ciudadanía a usar la red doméstica.
Amir Rashidi, director de derechos digitales y seguridad del Miaan Group, una organización de derechos humanos centrada en Irán, señala que los recientes cierres han coincidido con mayores esfuerzos por empujar a las personas hacia aplicaciones iraníes. "En un clima de miedo, en el que la gente simplemente intenta mantenerse en contacto con sus seres queridos, muchos recurren a estas plataformas inseguras por desesperación", ha publicado en internet. Explicó a WIRED que una aplicación de mensajería llamada Bale parece estar ganando atención. "Como están alojadas en NIN, funcionarán incluso durante los cierres", indicó Rashidi.
Irán no es el primer país que restringe el acceso a Internet
Según Lukasz Olejnik, consultor independiente e investigador visitante del Departamento de Estudios de Guerra del King’s College de Londres, en la última década se han multiplicado los cortes de internet en todo el mundo. Las autoridades de Myanmar, India, Rusia y Bielorrusia han alegado razones de seguridad para aplicar apagones. "Irán no es el único país que restringe el acceso a internet y a la información no censurada, con la posible justificación de proteger la ciberseguridad o la seguridad nacional", afirma Olejnik.
"Los cortes de internet son en gran medida ineficaces contra los ciberataques estatales en el mundo real", añade Olejnik. Explica que los sistemas militares y de infraestructuras críticas, como redes eléctricas o de transporte, operan normalmente en redes separadas y no son accesibles desde internet. "Las operaciones cibernéticas profesionales podrían usar otros medios de acceso, aunque esto podría dificultar el mando y control de algunos programas maliciosos desplegados. Lo que principalmente se bloquea es el acceso a la información de la sociedad", argumenta.
Alimardani, de Witness, concluye que los detalles técnicos que respaldan las afirmaciones sobre la protección de la ciberseguridad como motivo de las restricciones son "poco claros" y que, en última instancia, el verdadero objetivo es controlar a la población. "La narrativa oficial de los canales de noticias estatales retrata una fuerte guerra contra Israel y un camino hacia la victoria. El acceso libre y abierto a medios de comunicación socavaría esta narrativa y, en el peor de los casos, podría incitar a los iraníes a la revuelta, erosionando aún más el poder del régimen".
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.