El mundo está lleno de elecciones este 2024... y las elecciones están llenas de IA generativa

Desde estafas de ingresos pasivos hasta figuras públicas fallecidas que respaldan a sus sucesores, la ficción está resultando más extraña que la realidad de un mundo en el que los usos y abusos de la IA durante las elecciones a nivel global sigue aumentando.
Ilustración ASCII del presidente Joe Biden con un telfono
Los expertos saben que la IA generativa está a punto de cambiar drásticamente el panorama de la información, arrastrando los problemas actuales a los que ya se enfrentan las plataformas tecnológicas.David Szakaly/Getty Images

Ante las elecciones inminentes en distintas partes del mundo, vale la pena detenerse a hablar de los políticos que resucitan de entre los muertos en India y también del rapero Eminem, que apoya a los partidos de la oposición en Sudáfrica.

Obviamente, estas situaciones no han ocurrido realmente, pero los deepfakes creados por la inteligencia artificial (IA) generativa hacen que parezca que así fue. Ya estamos presenciando cómo los políticos, las campañas y la gente común recurren a esta tecnología en los procesos electorales. Y esto es solo el principio.


El presidente Mark R. Warner hablando en una cámara de audiencias del Senado
En una audiencia celebrada ayer en el Comité de Inteligencia del Senado ha habido un amplio consenso sobre cómo la IA y otras amenazas se ciernen sobre las elecciones estadounidenses, y sobre la incertidumbre acerca de cómo responder a ellas.

La IA está cambiando la política en todo el mundo

Muchos ciudadanos estadounidenses tienen la vista puesta en noviembre, pero lo que va de 2024 ya ha sido un periodo decisivo para el resto del mundo. India, la mayor democracia del mundo, está concluyendo su votación; Sudáfrica y México acuden a las urnas esta semana; y la Unión Europea se prepara para sus elecciones parlamentarias en junio. Es el mayor año electoral de la historia, y hay más gente conectada que nunca.

Si eres votante en Indonesia, quizá hayas visto recientemente un video de un dictador fallecido haciendo campaña por su sucesor político. Si eres demócrata en Samoa Americana, tal vez recibiste un mensaje personalizado de un candidato presidencial poco conocido, Jason Palmer, que llegó a vencer al presidente Joe Biden en las primarias del territorio insular. O es posible que seas una de las personas que recibieron llamadas telefónicas también personalizadas y generadas por IA de candidatos locales en las elecciones de India.

Estas son solo algunas de las formas en que la IA generativa está reconfigurando el mundo de la política, las elecciones y la democracia, y está más que nunca disponible al alcance de todos.

Los usos de la inteligencia artificial, en algunas ocasiones, han llegado e impactado a millones de personas: Por ejemplo, los TikToks con una imagen generada por IA que mostraba como alguien tierno y adorable a Prabowo Subianto, exministro de Defensa de Indonesia y ahora presidente electo, fueron vistos más de 19,000 millones de veces. En su momento, a Subianto se le prohibió el ingreso a Estados Unidos por supuestas violaciones de los derechos humanos.

Los expertos saben que la IA generativa está a punto de cambiar drásticamente el panorama de la información, y es probable que los problemas que desde hace tiempo afectan a las plataformas tecnológicas, como la desinformación, las estafas y los contenidos que incitan al odio, se amplifiquen, a pesar de las medidas de protección que las compañías afirman haber adoptado.

Existen varias maneras de saber si algo se creó o manipuló utilizando la IA: quizá las personas o las campañas hayan confirmado su uso; o los verificadores de información hayan analizado y desacreditado algo que circula por el mundo; o el contenido de IA se use claramente para algo como la sátira. A veces, si tenemos suerte, lleva una marca de agua, lo que significa que hay algo que indica que ha sido generado o modificado por la IA. Pero la realidad es que esto probablemente solo representa una parte de lo que ya existe. Incluso nuestro propio conjunto de datos es, casi con toda seguridad, una subestimación.

Y eso nos lleva a otro problema. Como señaló el periodista británico Peter Pomerantsev: “Cuando nada es verdad, todo es posible”. En un ecosistema de información en el que cualquier elemento podría ser o venir de la IA generativa, es fácil que los políticos o las figuras públicas digan que algo real es falso, lo que se conoce como el “dividendo del mentiroso”. Eso implica que es menos probable que la gente crea la información aunque sea cierta. En cuanto a los verificadores de información y los periodistas, muchos no disponen de las herramientas necesarias para evaluar si algo es obra de la IA o fue manipulado por ella. Sea lo que sea lo que nos depare este año, es probable que se trate únicamente de la punta del iceberg.

Pero que algo sea falso no significa que sea malo. Los deepfakes han encontrado un hogar en la sátira, los chatbots pueden (a veces) ofrecer buena información, y el alcance personalizado de las campañas permite que la gente se sienta considerada por sus representantes políticos.

Es un mundo nuevo y valiente, al que debemos vigilar respecto al uso y abuso que está haciendo de la IA generativa, sobre todo en los procesos electorales.

Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Andrei Osornio.


Imagen del edificio del Parlamento de Alemania con iconos de ojos, banderas y recuadros que representan anuncios web
Los anuncios de campaña publicados en Facebook e Instagram previo a las elecciones de la Unión Europea por AfD, el partido de extrema derecha alemán, culpan a los inmigrantes de la delincuencia y la violencia sexual.